sábado, diciembre 24, 2005

El Regreso

"Gracias le doy a la Virgen, gracias le doy al Señor..., porque entre tanto rigor y habiendo perdido tanto, no perdí mi amor al canto ni mi voz como cantor"
Rápido. ¿Cómo no emocionarse hasta las lágrimas cuando alguien -que le puso música y poesía a tu vida- se desnuda, se disculpa y se entrega ante miles de almas? ¿Cómo no quedar extasiado ante un cambio tan violento y tan radical? Yo no puedo..., y sí: me emociono y me entrego también. Humildad, grandeza y quizás hasta me vean en medio de una catarsis terapéutica de esas que curan. Vamos que todos salimos más livianitos de aquel regreso. To the moon and back, ¿no?. Buenas noches, muchas gracias...
Bis. Esas mil voces, esa voz que se quiebra y el periodista que al escucharlo siente perder el aire. Ese periodista no soy yo pero fue una gran observación..., un signo perdido en medio del viaje. El deseo cumplido. El poeta fue mejorado.
Es oficial: he perdido la objetividad. Espero se me pase pronto. Señores, son las 6.30 a.m. ("Ya comí, ya fumé, ya tomé el café") Voy a dormir!