Miedo, nervios, tensión. Entrar a la cárcel es una experiencia fuerte. Salir de la cárcel es una experiencia todavía peor. Porque uno se va, porque los demás quedan; y quedan en medio del hedor, del encierro, del miedo, los nervios y la tensión. Porque uno es periodista, los demás presos.
La cárcel tiene sus ruidos, su música... la cárcel tiene su olor.
Creo que extraño ese miedo, esas miradas imposibles de sostener, esa tensión a cada paso, esas paredes que esconden, ese piso manchado, ese patio que arde, que quema. Creo que a veces extraño a ese periodista también.
Recomiendo mucho la última nota de tapa de la revista C del diario Crítica de la Argentina.
Conozco esa mirada y nunca, nunca me la voy a olvidar.
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