A las flores de un día
que no duraban, que no dolían,
que te besaban, que se perdían.
Damas de noche que en asiento de atrás de un coche
no preguntaban si las querías.
Aves de paso, como pañuelos cura-fracasos.
El barrio donde habito no es ninguna pradera,
desolado paisaje de antenas y de cables.
No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió.
que no duraban, que no dolían,
que te besaban, que se perdían.
Damas de noche que en asiento de atrás de un coche
no preguntaban si las querías.
Aves de paso, como pañuelos cura-fracasos.
El barrio donde habito no es ninguna pradera,
desolado paisaje de antenas y de cables.
No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió.
Lo que yo quiero, corazón cobarde, es que mueras por mí.
Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.
¿Qué voy a hacerle yo, si me gusta el whisky sin soda,
el sexo sin boda, las penas con pan?
¿Qué voy a hacerle yo, si el amor me gusta sin celos,
la muerte sin duelo, Eva con Adán?
Ahora es demasiado tarde, princesa.
Búscate otro perro que te ladre, princesa.
Yo quería dormir contigo y tú no querías dormir sola...
Anda, deja que te desabroche un botón,
que se come con piel la manzana prohibida.
(Y no, no fui a ningún recital..., pero es lo que ando escuchando, tarareando, repitiendo y estoy dejando mil más de lado ¿no?)