Seguro que te crees hermosa, brillante, ingeniosa, toda una maravilla ¿no? Qué tristeza me da, que asco contenido, que pobre mina resultaste ser y sí: siempre lo supe aunque no tenía demasiadas opciones. Me convocaba alguien a quién admiro mucho, un referente y no me iba a negar. Esa chica de rulos hasta me había dicho: “Estás dónde todos quieren estar”. No debería escuchar tanto a la chica de rulos. Es inteligente pero está cambiada. Igual no te emociones pedazo de mierda, no le llegás ni a los tobillos.
Y mi vida transcurre oscura, a rastras, triste y ya casi sin aliento me atrevo a intentar salir de la nada en la que me encuentro inmerso. No te culpo por eso, naciste mal y yo sólo me metí en esto. No es tu culpa imbécil, no tenés muchas culpas, naciste deficiente, lo sabés y te pesa. Te pesa mucho y se te nota.
La esquizofrenia en estado puro, el tira y afloje tremendo y ya mi salud mental está en juego. Pero nací fuerte, nací bestia de carga y una persona tan pequeña no va a poder conmigo. Te fuiste dando cuenta de que no vas a poder, te diste cuenta de que no tiene caso y empezás a admitirlo. Voy a tener que destruirte porque llevás mierda adentro y sacaste a relucir lo peor de mí. Vas a tener que pagar por eso y creeme cuando te digo que vas a pagar caro por eso.
In slow motion: “Sos tan triste”. ¿Te llegás a dar cuenta? ¿De verdad creíste que me tenías impotente bajo tu puño? Vivís en la nada y lo sabés, no pretendas que crea tus inventos, tus fábulas ridículas, no sos nada más que ese mundo mentiroso que te fabricaste alrededor y que nadie cree. Vas a morir solo de subestimar a la gente. Y vas a sufrir por subestimarme a mí. Si tu cerebro atontado lo entiende es mejor que lo vaya aceptando porque solamente estoy juntando fuerzas para buscar la mejor manera de dañarte. Y ya diste tantas pistas pobrecita…, te crees que dama del misterio y sos transparente. Estas regalada y voy a utilizar cada flanco, cada uno de esos recovecos que mostraste en tu estupidez.
De verdad te la creíste infeliz, de verdad sacás a relucir mierda y violencia a tu alrededor mientras te regodeas en tus mediocres conocimientos sobre las generalidades más básicas y estúpidas de la tierra. Sos tan fea que mi costado gay salta al verte. Sos tan tonta que creo que no haber escuchado imbecilidades mayores en mi vida. No decís cosa coherente y tu vida es un grito, un grito que pretende tapar tu desgracia, tu transcurrir chato y patético. Tu vida es un grito que jamás va a tapar tu realidad, tu miseria y tu maldad. Vos lo sabés y yo lo sé. Creo que te odio y creo que nunca nadie antes había sacado un sentimiento tan bajo de mi persona. Creo que te odio por eso también.
No nací para estar metido en este lugar, en este submundo insólito, lugar de gente tan ignorante que asusta, lugar de frivolidades y maldad. Lugar para algunos pocos imbéciles que realmente creyeron que los rayos catódicos podían hacer algo por su existencia inverosímil. Sólo dos personas me dan bocanadas de aire en aquel lugar en el que ya casi no puedo respirar. Aquella flaquita que admira a Foucault y Pizarnik, esa chica de ojos enormes que, con el mismo corte de rostro de la mujer más bella del mundo, sufre por amor y por poesía. Y él: un mentor, un ejemplo, alguien a quién tengo claro no puedo parecerme. Nací para ser yo y nadie más que yo. Está bueno que lo vaya teniendo más claro.
Quizás preferiría estar en algún otro lado, hasta metido con gente con la que difiera ideológicamente, aunque estuvieran en la verdad de enfrente y mostrándome todos los dientes los respetaría. Estoy en un mundo en dónde la gente ni siquiera sabe qué significa la palabra ideología, ni la palabra respeto, ni la palabra código, ni ninguna de esas que significan algo para mí.
Busco amigos que me entiendan y no los encuentro, busco algo de luz mientras me trato de sacudir la mierda y no encuentro mucho. Y cuando veo algo que me consuela o me ilumina voy como perro famélico y los asusto. Huyen y me dejan. Se van y voy de nuevo, insisto, busco, me escabullo y todos corren. No me sale la estrategia del ir despacio, estoy ahogándome en este mundo y existen personas que me regalan respiros. Algunos existen virtualmente y soy feliz de que estén ahí. Están todos los demás, esos tantos que llaman, gritan y vuelven a llamar. Por algún motivo los evito, quizás no quiero que me vean así como me encuentro, tan profundamente metido en la nada. Quizás deba volver a mis fuentes y ponerle más ganas a este camino que me toca transitar. Estoy a quince días del final, debería ser un atenuante y no lo es… No lo es.
Y mi vida transcurre oscura, a rastras, triste y ya casi sin aliento me atrevo a intentar salir de la nada en la que me encuentro inmerso. No te culpo por eso, naciste mal y yo sólo me metí en esto. No es tu culpa imbécil, no tenés muchas culpas, naciste deficiente, lo sabés y te pesa. Te pesa mucho y se te nota.
La esquizofrenia en estado puro, el tira y afloje tremendo y ya mi salud mental está en juego. Pero nací fuerte, nací bestia de carga y una persona tan pequeña no va a poder conmigo. Te fuiste dando cuenta de que no vas a poder, te diste cuenta de que no tiene caso y empezás a admitirlo. Voy a tener que destruirte porque llevás mierda adentro y sacaste a relucir lo peor de mí. Vas a tener que pagar por eso y creeme cuando te digo que vas a pagar caro por eso.
In slow motion: “Sos tan triste”. ¿Te llegás a dar cuenta? ¿De verdad creíste que me tenías impotente bajo tu puño? Vivís en la nada y lo sabés, no pretendas que crea tus inventos, tus fábulas ridículas, no sos nada más que ese mundo mentiroso que te fabricaste alrededor y que nadie cree. Vas a morir solo de subestimar a la gente. Y vas a sufrir por subestimarme a mí. Si tu cerebro atontado lo entiende es mejor que lo vaya aceptando porque solamente estoy juntando fuerzas para buscar la mejor manera de dañarte. Y ya diste tantas pistas pobrecita…, te crees que dama del misterio y sos transparente. Estas regalada y voy a utilizar cada flanco, cada uno de esos recovecos que mostraste en tu estupidez.
De verdad te la creíste infeliz, de verdad sacás a relucir mierda y violencia a tu alrededor mientras te regodeas en tus mediocres conocimientos sobre las generalidades más básicas y estúpidas de la tierra. Sos tan fea que mi costado gay salta al verte. Sos tan tonta que creo que no haber escuchado imbecilidades mayores en mi vida. No decís cosa coherente y tu vida es un grito, un grito que pretende tapar tu desgracia, tu transcurrir chato y patético. Tu vida es un grito que jamás va a tapar tu realidad, tu miseria y tu maldad. Vos lo sabés y yo lo sé. Creo que te odio y creo que nunca nadie antes había sacado un sentimiento tan bajo de mi persona. Creo que te odio por eso también.
No nací para estar metido en este lugar, en este submundo insólito, lugar de gente tan ignorante que asusta, lugar de frivolidades y maldad. Lugar para algunos pocos imbéciles que realmente creyeron que los rayos catódicos podían hacer algo por su existencia inverosímil. Sólo dos personas me dan bocanadas de aire en aquel lugar en el que ya casi no puedo respirar. Aquella flaquita que admira a Foucault y Pizarnik, esa chica de ojos enormes que, con el mismo corte de rostro de la mujer más bella del mundo, sufre por amor y por poesía. Y él: un mentor, un ejemplo, alguien a quién tengo claro no puedo parecerme. Nací para ser yo y nadie más que yo. Está bueno que lo vaya teniendo más claro.
Quizás preferiría estar en algún otro lado, hasta metido con gente con la que difiera ideológicamente, aunque estuvieran en la verdad de enfrente y mostrándome todos los dientes los respetaría. Estoy en un mundo en dónde la gente ni siquiera sabe qué significa la palabra ideología, ni la palabra respeto, ni la palabra código, ni ninguna de esas que significan algo para mí.
Busco amigos que me entiendan y no los encuentro, busco algo de luz mientras me trato de sacudir la mierda y no encuentro mucho. Y cuando veo algo que me consuela o me ilumina voy como perro famélico y los asusto. Huyen y me dejan. Se van y voy de nuevo, insisto, busco, me escabullo y todos corren. No me sale la estrategia del ir despacio, estoy ahogándome en este mundo y existen personas que me regalan respiros. Algunos existen virtualmente y soy feliz de que estén ahí. Están todos los demás, esos tantos que llaman, gritan y vuelven a llamar. Por algún motivo los evito, quizás no quiero que me vean así como me encuentro, tan profundamente metido en la nada. Quizás deba volver a mis fuentes y ponerle más ganas a este camino que me toca transitar. Estoy a quince días del final, debería ser un atenuante y no lo es… No lo es.