martes, abril 20, 2010

Todavía duele; algunas cosas todavía duelen, pero llegó para traer -primero- la calma después de la paliza; los nervios y la música cuando todavía otros reverberaban en mis oídos mareados tras el sopado al tímpano; para acercar pequeñas certezas cuando de verdad, esa vez ya no había más nada y yo sólo temblaba.
¿Quién es Scarlett? Es una atrevida, una suicida, una loca de atar que corrió el riesgo de quedar estampada cuan polilla bajo mi libro, que se la jugó al punto de la sangre, a tiro de lo que pudo ser el golpe más duro de su vida, su más grosero error.
Pero de verdad ya no importa, porque aunque todo pueda pasar, su apuesta le valió el riesgo, su atrevimiento mató al aturdimiento y me devolvió -algo maltrecho- un horizonte perdido. Lo interesante es que todos los días lo cuida y lo arregla; lo modifica, le da nuevas perspectivas y lo cambia con la misma insolencia con la que se metió en mi vida en el momento menos oportuno. Algo que, sin dudas, tengo que agradecerle aunque tengo que decirlo, yo también busqué: la chica atrae, y mucho.
¿Quién es Scarlett? Es una auténtica morocha argentina, de ojos grandes y negros que brillan hasta en la oscuridad, dueña de una boca enorme que se atropella de palabras que inventa al paso, una señorita de una elegancia criolla como jamás vi: Scarlett es el nombre que le puse a la mujer que me cautivó a puntos insospechados y que me acompaña aún cuando todavía sobrevuelen fantasmas que mata con silencios y estoicismo, como solo una persona que sabe acompañar lo puede hacer. Scarlett es Shisi, y sólo a ella le respondo. Que se sepa, que lo sepa, amén.

No hay comentarios.: