Sí, es dueño de una personalidad apabullante, atemorizante, molesta; o por lo menos para mí, que soy introvertido, tímido y que sólo busco la mejor manera de camuflarme y pasar desapercibido. Llegó y se creía la octava maravilla, se llevó puesto todo lo que encontró a su paso y si hubiera sido un casting de Gran Hermano, sin dudas hubiera quedado. Por mucho que lo evité me pasó lo que siempre, terminé amigo de ése que me molesta. En este caso con un detalle: ese soberbio de quien sólo me alejaba se convirtió en mi hermano, uno de mis más grandes amigos a la altura de mis más grandes amigos (que no son tantos, pero si muy buenos). Y no sólo se fue a vivir lejos, sino que también se casó con quién a partir de ahora es también mi hermana, una amiga a la altura de mis más grandes amigas (que son dos. Y ahora tres).Pensaba poner una versión más linda del Hava Naguila, pero esta pareja que acaba de casarse, y que ahora gira y baila en círculos tomados de la mano, para después subirse a una silla y besarse en lo alto, realmente ama a Bob, entonces que sea este mi primer homenaje, amén de que esta canción sólo puede ponerte de buen humor, sé que ellos como nadie van a apreciar al poeta con kipá detrás de la armónica.
Superado el baile tradicional en una fiesta que intentó romper con tradiciones, llegó más comida y más baile. Después llegaron videos y un punto de inflexión cuando el padre de los ojos delatores pasó al frente y micrófono en mano se entregó a su hijo, y a su nueva hija. Las palabras fueron las justas: sencillas, sentidas, ciertas. Me emocioné por segunda vez, muy a pesar del Fernet que ya estaba haciendo su trabajo. Seguieron más bailes hasta que llegó "el baile". Más allá de que ya me resigné a no bailar (porque no me gusta y porque ya no me sale) me vinieron a la mente mil salidas con mi amigo y su novia -ahora su mujer- en que mirábamos esta escena idiotizados e imitábamos pasos como si tuvieramos quince y vivieramos en el 83. También mi auto, un restorancito barato en un barrio perdido y una amistad a prueba de todo, con himno incluido. Vaya mi segundo homenaje. Nota: imaginen a mi amigo vestido de novio y sepan que es Kevin Bacon, no es una metáfora: ES Kevin; se transforma y su pareja tenía el pelo rojo intenso y un vestido blanco. De los momentos más altos aquella tarde...
Creo que después me emborraché un poco, le dije gansadas a algunas chicas y atravesé el evento íntegro, o casi, porque ya promediando la fiesta y cuando la parejita iba a cortar -volviendo a las tradiciones- una torta blanca, mi amigo decidió que era hora de hablar, y habló. Venía superando estoicamente los embates de la emoción hasta que lo oí convencido asumir, en frente a una pequeña multitud, que la chica que tenía a su lado le había cambiado la vida de manera definitiva, después agradeció a los amigos que se acercaron y de lejos me señaló con el dedo: después no me acuerdo mucho porque el golpe había sido bajo y me hundí en el sexto Fernet de la tarde (no tuvieron mejor idea que casarse al mediodía) y opté por seguir diciéndole gansadas a las chicas antes de romper a llorar.
Todo siguió en la casa de La Colo, comimos y aquella noche casi no pude dormir. Si este amigo se casa es hora de que empiece a reever mi propia situación. Después leí a Kerouac y me serené un poco. Me volví en colectivo al día siguiente después de otra comilona que ahora se metió con la colectividad española y pude dormir, poco, pero dormí. No volví a hablar con mi amigo, me mandó fotos de su luna de miel mexicana y en esta noche de insomnio va mi abrazo y mi bendición.
Sí, es dueño una personalidad apabullante, atemorizante, molesta; o lo era para mí que finalmente decidí fumarme un porro imaginario y reconciliarme con la idea de que ese ser estaba destinado a ser uno de mis más grandes amigos, a la altura de mis más grandes amigos. Y así fue. ¡Amén!

