domingo, abril 27, 2008

EL CASAMIENTO DEL DANTE

Sí, es dueño de una personalidad apabullante, atemorizante, molesta; o por lo menos para mí, que soy introvertido, tímido y que sólo busco la mejor manera de camuflarme y pasar desapercibido. Llegó y se creía la octava maravilla, se llevó puesto todo lo que encontró a su paso y si hubiera sido un casting de Gran Hermano, sin dudas hubiera quedado. Por mucho que lo evité me pasó lo que siempre, terminé amigo de ése que me molesta. En este caso con un detalle: ese soberbio de quien sólo me alejaba se convirtió en mi hermano, uno de mis más grandes amigos a la altura de mis más grandes amigos (que no son tantos, pero si muy buenos). Y no sólo se fue a vivir lejos, sino que también se casó con quién a partir de ahora es también mi hermana, una amiga a la altura de mis más grandes amigas (que son dos. Y ahora tres).

Hay momentos que merecen ser festejados

Podría contar la historia de una amistad, pero no viene al caso: estuvo cuando lo necesité, estuve cuando me necesitó y lo que más hicimos desde siempre fue reír, ahora un poco menos porque, viejos y chotos, también lloramos… No voy a empezar con la perorata de que trabajo muchas horas porque me aburre, y porque no iba a ser impedimento para que me suba al primer bondi que me lleve directo al Chaco: se casaba mi amigo y si hubiera elegido casarse en Alaska hubiera llegado en trineo. Podría contar que me recibió su familia: una madre encantadora, un padre de esos a quienes la mirada les delata el corazón que les explota adentro. Pero no, no voy a contar nada de eso porque mi amigo temblaba y a minutos de su casamiento no podía atarse la corbata. Le até yo mismo, le dije de qué manera dejar la camisa y de repente me sentí una madre así que nos prendimos un cigarrillo, nos reímos un poco y llevamos a modo de símbolo el mismo perfume a la ceremonia. Todo muy gay, sí, pero es mi amigo.

El salón no era ni grande ni chico, tenía el tamaño justo y unas 160 personas sentadas. Me senté hasta que tuve que adelantarme y ubicarme al lado de mi amigo. No sonó el Ave María, no cantó Tarja; fue más kitsch, pero no por eso menos emocionante. La Colo apareció de rojo intenso en su pelo, en su boca y con su insuperable mirada (de enamorada perdida) avanzó enaltecida y hermosa al encuentro de mi amigo, al que convirtió en una ceremonia estrictamente civil en su marido: por primera vez esa tarde pensé que iba a llorar, y era sólo la primera. Llegaron abrazos, besos, felicitaciones, y mucho después tomé real conciencia de la relevancia de la firma que todos habíamos dejado ante ese juez. Cuando me quise dar cuenta me acordé de los orígenes de mi amiga roja.
Pensaba poner una versión más linda del Hava Naguila, pero esta pareja que acaba de casarse, y que ahora gira y baila en círculos tomados de la mano, para después subirse a una silla y besarse en lo alto, realmente ama a Bob, entonces que sea este mi primer homenaje, amén de que esta canción sólo puede ponerte de buen humor, sé que ellos como nadie van a apreciar al poeta con kipá detrás de la armónica.


Superado el baile tradicional en una fiesta que intentó romper con tradiciones, llegó más comida y más baile. Después llegaron videos y un punto de inflexión cuando el padre de los ojos delatores pasó al frente y micrófono en mano se entregó a su hijo, y a su nueva hija. Las palabras fueron las justas: sencillas, sentidas, ciertas. Me emocioné por segunda vez, muy a pesar del Fernet que ya estaba haciendo su trabajo. Seguieron más bailes hasta que llegó "el baile". Más allá de que ya me resigné a no bailar (porque no me gusta y porque ya no me sale) me vinieron a la mente mil salidas con mi amigo y su novia -ahora su mujer- en que mirábamos esta escena idiotizados e imitábamos pasos como si tuvieramos quince y vivieramos en el 83. También mi auto, un restorancito barato en un barrio perdido y una amistad a prueba de todo, con himno incluido. Vaya mi segundo homenaje. Nota: imaginen a mi amigo vestido de novio y sepan que es Kevin Bacon, no es una metáfora: ES Kevin; se transforma y su pareja tenía el pelo rojo intenso y un vestido blanco. De los momentos más altos aquella tarde...


Creo que después me emborraché un poco, le dije gansadas a algunas chicas y atravesé el evento íntegro, o casi, porque ya promediando la fiesta y cuando la parejita iba a cortar -volviendo a las tradiciones- una torta blanca, mi amigo decidió que era hora de hablar, y habló. Venía superando estoicamente los embates de la emoción hasta que lo oí convencido asumir, en frente a una pequeña multitud, que la chica que tenía a su lado le había cambiado la vida de manera definitiva, después agradeció a los amigos que se acercaron y de lejos me señaló con el dedo: después no me acuerdo mucho porque el golpe había sido bajo y me hundí en el sexto Fernet de la tarde (no tuvieron mejor idea que casarse al mediodía) y opté por seguir diciéndole gansadas a las chicas antes de romper a llorar.

Todo siguió en la casa de La Colo, comimos y aquella noche casi no pude dormir. Si este amigo se casa es hora de que empiece a reever mi propia situación. Después leí a Kerouac y me serené un poco. Me volví en colectivo al día siguiente después de otra comilona que ahora se metió con la colectividad española y pude dormir, poco, pero dormí. No volví a hablar con mi amigo, me mandó fotos de su luna de miel mexicana y en esta noche de insomnio va mi abrazo y mi bendición.

Sí, es dueño una personalidad apabullante, atemorizante, molesta; o lo era para mí que finalmente decidí fumarme un porro imaginario y reconciliarme con la idea de que ese ser estaba destinado a ser uno de mis más grandes amigos, a la altura de mis más grandes amigos. Y así fue. ¡Amén!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Queridisimo hermano.... notable, ampuloso y otros adjetivos, nos emocionaste (estamos acá los dos) hasta lo imposible; esperaba menos porque no es posible esperar tamaño texto. En todo, tu visión es mi visión (la Colo lloriquea), y te juro que no puedo escribir nada más. Luego hablaremos. Sos enorme.
Te queremos

Anónimo dijo...

que lindooo!! que ganas inmensas e haber estado.
los tuve super presentes, ami regreso quieor fotos, video y relatos en vivo, bebiendo hasta el amanecer.
besos
ine