sábado, agosto 02, 2008

Riding with my queen


Eric Clapton/BB King - "Riding with the king"

La cita era grave, seria: teníamos que hablar, de verdad teníamos que hacerlo. El encuentro se dio después de una cadena de acontecimientos entre felices y tortuosos que ya no dejaban espacio más que para que poner las cosas en claro. Las charlas y sus lágrimas habían hecho de la previa un momento de agonía hasta que nos volvimos a ver a los ojos y ya no hubieron sentimientos confusos. Todo transcurrió como en un long slow slide armonioso y perfecto.

Tengo una sensación de bienestar inagotable que podría adjetivar hasta quedarme dormido en el teclado. No hubo demasiada charla, sólo la necesaria, la que teníamos que tener y no más. Me vuelve su mirada inocente, pero tan de mujer que asusta. Mi brazo la tuvo siempre cerca, su perfume y sus besos, que se repitieron inagotables, me dejaron idiotizado y suyo. La noche se hizo una sola por primera vez en años, y fue nuestra. No hubieron vértigos, ni injusticias, sólo música y un auto que recorrió la ciudad a metros del piso.

Pasaron horas y kilómetros y todo terminó en su mirada de niña ya convertida. Noté una sonrisa de satisfacción que me llevó a pensar que podría dejar todo por esa mujer. En una improvisada última escena, las más grandes deidades del blues pasaron en una sesión que, contra todo pronóstico, me dejaron lejos del dolor del novio y muy cerca de enamorarme definitivamente de alguien a quien jamás antes había mirado. Aunque sabemos: las cosas nunca son tan fáciles y quedan mil noches que recorrer.

7 comentarios:

pau dijo...

Queloparió!

Anónimo dijo...

mierda carajooooo....
Daiana

Anónimo dijo...

Convivimos con los absurdos todos los días, de hecho, somos más absurdos que lógicos. Pero esto es harina de otro costal.
Es verdad que a veces no sabemos cómo, pero tal vez una o varias preguntas sinceras honestas nos puede ayudar. ¿Hacia donde quiero ir? ¿Con quien quiero ir? ¿Soy feliz? ¿Quiero realmente esto o es un capricho? Y la lista continúa...

Besos,

Anónimus.-

Riggy dijo...

Anónimo está dejando de ser anónimo porque ya es un Anónimus...
Me intrigás, llegaste hasta este viejo post de cuando caminaba a centímetros del piso. ¿Si fue un capricho? Quizás, también pudo haber sido algo mucho más malvado que un simple capricho, lo cierto es que caí, y quizás tamibén sea cierto aquello de qeu todo vuelve...
Saludos

Anónimo dijo...

Welcome Lady in Black

Riggy from the blog dijo...

ja!

Anónimus.- dijo...

Siga la ruta...
No entendió Riggy, me extraña, es abajo y después un poco más allá.